Opinión de la Profesora Clara Elizabeth Bello Ríos.
OPINIÓNREGENERANDO - CLARA ELIZABETH BELLO RIOS
Análisis del artículo "Coronavirus y desmonte: las nuevas pandemias del planeta devastado"
En los últimos días se han vertido una gran cantidad de opiniones e información amarillista con relación a esta enfermedad viral (COVID-19), la cual ha causado la muerte a miles de personas en el mundo.
Se presumen muchas opiniones de cómo surge y de la posibilidad de haber sido creada en un laboratorio, como posible arma biológica, para generar pánico entre la población mal informada. La realidad de toda esta revolución mediática y pánico, es generada por ignorancia, desconocimiento de información real, que se ajuste al descubrimiento de investigaciones serias en relación a cómo surgen todas estas enfermedades virales, con síntomas nuevos o extraños, con malestares que no se conocían anteriormente, estas enfermedades son conocidas como zoonóticas.
Durante las tres últimas décadas han surgido enfermedades como el ébola, la malaria, la fiebre amarilla, la fiebre hemorrágica, entre otras; los síntomas que presentan la mayoría de éstas enfermedades son inusuales, por lo que no se atienden debidamente y su propagación es mayor. Se desconoce qué las provoca, no hay medidas preventivas, ni medicamentos para su cura, generándose descontrol sanitario y provocando la infección de un gran número de personas y en la mayoría de los casos la muerte; aunado a las condiciones económicas y sociales de las comunidades donde generalmente se presentan, países del tercer mundo, con sistemas de salud endebles, cercos sanitarios inexistentes, además de las condiciones climáticas que permiten el desarrollo de dichas enfermedades de manera exponencial.
Para poder exponer las causas del surgimiento de estos virus que generan dichas enfermedades zoonóticas, se debe revisar el origen desde las condiciones de vida de la población de las zonas afectadas, hablar de la relación que guarda la explosión de las enfermedades virales y las condiciones climáticas, económicas, sociales y culturales de los países tropicales. En primer término, los países de zonas cálidas cuentan con gran cantidad de recursos naturales como suelos, bosques, agua, entre otros. Condiciones climáticas favorables para su explotación agrícola, forestal, ganadera, minera, además de gobiernos que sucumben ante las presiones de las grandes transnacionales del mundo globalizado y del capitalismo con un gran poderío económico, que han sometido a sus necesidades extractivas a dichos países.
El asedio de los grandes consorcios a los ecosistemas tropicales, el desmantelamiento de los sistemas boscosos a gran escala, las aniquilaciones de los ecosistemas han generado modificaciones ambientales, destrucción de los hábitats, debido al desequilibrio y las alteraciones de los ecosistemas se arguye que han surgido estas enfermedades virales, según la investigación de David Quammen, en su libro “Spillover: Animal Infections And The Next Human Pandemic” (Derrame: las infecciones animales y la próxima pandemia humana), sostiene que una enorme población humana, sumada a una enorme población de ganado y a la destrucción de los hábitats naturales y los ecosistemas alterados, resulta en una ecuación para una venganza fulminante de la naturaleza contra la humanidad.
Las condiciones de las naciones donde mayormente se han desarrollado estas crisis epidémicas, con ambientes climáticos de zonas calientes que van desde el sudeste asiático hasta América Latina, se observan con características propias, así como sus complejidades y dinámicas particulares, que hablan de caldos de cultivo específicos para su desarrollo; las naciones del tercer mundo se caracterizan por tener una población vulnerable, condiciones económicas débiles, carecen de sistemas de salud, índices poblacionales altos, insalubridad y mala alimentación, todas estas características condicionan para que lejos de que disminuyan los riesgos para su contagio y propagación crezcan.
El desequilibrio en los habitas y ecosistemas destruidos por la explotación han permitido que la alteración genere cambios en la rutina de la fauna y flora, dichos cambios propician que emigren ciertas especies de fauna, que al alterarse sus modos de vida entran en contacto con otros ambientes, como es el caso de los humanos, sus enfermedades propias las transmiten a los humanos generándose así el contagio de virus con síntomas diferentes.
Debemos hacer un análisis de cómo la especie humana es parte de sus propios problemas de salud. Existe un gran temor a las enfermedades que ésta misma ha generado, no se ha dado cuenta que las necesidades de productos y satisfactores de una sociedad capitalista y altamente consumista han propiciado su propia extinción.
Cómo poder pensar que todo se resuelve en usar un gel antibacterial que eliminará los virus o las bacterias que se encuentran en todo lugar, subsisten con nosotros, son parte de la vida de nuestro planeta. No podemos hacer conclusiones arriesgadas sobre cómo los seres humanos podemos sobrevivir ante una pandemia. Debemos analizar que todo reside en el respeto a la naturaleza, de sus ciclos de vida, de cada ser vivo. No debemos anteponer nuestros intereses materiales ante los demás seres vivos.
La naturaleza nos muestra que es perfecta, que cada hábitat está perfectamente diseñado para que sus habitantes puedan subsistir en armonía. Mientras esos ciclos no se alteren, no habrá desequilibrio. Cada especie de planta o animal está adaptado a las condiciones de ese hábitat. La especie humana como ser racional, debe adaptarse a la naturaleza y no a la inversa, que espera que la naturaleza se adapte a sus necesidades.
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