En el Partido-Movimiento estamos quienes nos sentimos participes (militantes o simpatizantes), y creemos que se debe tener el principio básico de análisis.
🖋#OPINIÓNREGENERANDO - ¿Quiénes somos, de dónde venimos, qué hemos hecho y hacia dónde vamos?
Por Clara Elizabeth Bello
En el Partido-Movimiento estamos quienes nos sentimos participes (militantes o simpatizantes), y creemos que se debe tener el principio básico de análisis “la conciencia de quiénes somos, cómo surgimos, qué hemos hecho y hacia dónde vamos”, para poder establecer los lineamientos de la estrategia política en el trabajo en territorio.
El trabajo de los actores del movimiento no debe ser “politiquería”, ni basándo en ostentar el poder por el placer mismo de gobernar o en la regla básica de los partidos de derecha los cuales solo se han dedicado a orientado voluntades, o la lucha por el poder tradicional de dominación.
Nuestro proyecto se fundamenta teóricamente en la justificación argumentativa de la racionalidad, la objetividad y la perspectiva crítica que promueve el servicio de amor a la comunidad, donde la soberana es la comunidad.
La reflexión de aquellos que nos sentimos participes de este proyecto, asumimos desde la praxis de la moral y la ética personal, quiénes somos, acaso se tiene la capacidad de autoanálisis para definir objetivamente quiénes somos, cómo nos asumimos, sí hemos actuado en concordancia con los principios morales y éticos que nos hermanan con quienes convivimos (semejantes, medio ambiente, naturaleza).
La empatía con quienes nos rodean; el sentir, pensar y actuar propio nos confiere a ponernos en el lugar de los otros; buscamos la equidad, promoviendo que no se vulneren los derechos de ningún tipo, de nada y de nadie.
Cuántos pueden hacer esa reflexión crítica profunda y personal, la cual nos obliga a determinar sí somos sujetos políticos por vocación o solo de profesión -en un verdadero sentido estricto-, cuántos lo hacen solo por pragmatismo o bien quiénes por la satisfacción del valor del deber cumplido.
Cuántos más tienen la plena seguridad que quienes los rodean sienten la confianza en ellos, la confianza que se confiere a una serie de actos morales y éticos que nos identifican en la comunidad, que determinan una imagen particular del individuo basada en criterios de liderazgo, empatía, solidaridad, simpatía, no muchos pueden jactarse de esa condición, la realidad debería ser que quienes se ostenten como tal, su imperativo ético debe ser poner como fin último a las personas, desprendiéndose de aspiraciones personales o individuales como la simple promoción personal (candidatura), el dinero público y el poder.
El origen también debe ayudarnos a determinar nuestra conciencia, reflexionar cómo surgimos, qué fue lo que hizo que exigiera la necesidad de organización comunitaria en torno un movimiento para deconstruir lo establecido, acabar con un sistema hegemónico, patriarcal, impositivo, dominante, abusivo, opresor, que con su modelo económico, político y social beneficiaba a una minoría opresora, basada en corrupción y privilegios, que concentraban la riqueza y el poder, que atentaban contra la dignidad de la mayoría sumida en la pobreza, la marginación y el abandono.
El movimiento en sus orígenes en el 2010 buscaba el cambio político, económico, social y cultural, basándose en principios éticos con una forma de organización que defendiera los derechos humanos, la libertad, la justicia y la dignidad de todos.
El movimiento se fundamenta teóricamente en la ética de la liberación de Enrique Dussel, basado en tres principios básicos que dan fondo y forma al mismo: Primer Principio (material), el cual establece que se debe producir, reproducir, conservar y desarrollar la vida humana en comunidad, si no se establece como una prioridad la “vida humana” no hay posibilidad de nada. Segundo Principio (formal), se basa en el consenso, que advierte la necesidad de tomar en cuenta a los demás (afectados) de manera simétrica en una relación dialógica, de igualdad, donde la voz de todos tenga el mismo valor.
El Tercer Principio (factibilidad), basándose en el respeto a los dos principios anteriores, se deben crear las condiciones de posibilidad a fin de que se cristalice el proceso y se convierta en una realidad. Bajo estos lineamientos que sustentan al movimiento cuántos pueden seguir asumiéndose en el proyecto-organizativo con congruencia.
En el transcurso de los años desde el surgimiento del movimiento se ha ido consolidando una conciencia de formación política en los miembros activos, misma que identifica a cada uno, los diferencia en su actuar en la comunidad, sabemos quiénes somos, de dónde venimos, condición que nos ha marcado para aprender a respetar y reconocer los principios éticos y morales de nuestro proyecto convertido en movimiento, donde el imperativo ético critico es buscar el bien común, devolver la dignidad infinita de cada miembro de la comunidad, que el sentir, el pensar y el actuar de los que nos hemos congregado, se remite a nuestros orígenes ancestrales basados en la convivencia en reciprocidad comunitaria, donde se respetan los derechos y obligaciones en dicha reciprocidad comunitaria, este sistema tiene características particulares como la integralidad (no existe el dualismo), es comunitario (la comunidad es el centro), es relacional (inter y retrovinculado), armónico (en armonía con todo), y recíproco (de ida y vuelta).
Nuestro trabajo comunitario se ha basado en el trabajo organizativo en territorio (solo el pueblo puede salvar al pueblo), buscando una forma de organización que permita relacionarnos en la comunidad con respeto y en armonía con nuestros semejantes y la naturaleza.
Seguimos en la construcción critica de nuestro movimiento, fundamentado en verdaderas raíces que se afianzan en el origen de la cultura de los pueblos originarios de nuestra nación, para recoger la enseñanza organizativa comunitaria que nos da fortaleza y certeza de que lo que hacemos es garantía de bienestar, democracia e igualdad para el pueblo de México.
¿A dónde vamos, cuáles son las miras de futuro de este gran movimiento? son muchos los retos que depara al movimiento, pero fundamentalmente queremos sentar las bases para la edificación de nuevas formas de relacionarnos, donde el fin en sí mismo sea siempre la persona, queremos cambiar la visión, que permita un desarrollo igualitario, basándonos en la fundamentación filosófica de la liberación donde lo humano no nos es ajeno, el amor hacia el prójimo, una postura que nos lleve a una praxis organizativa donde los partidos, las cosas materiales se consideren en su justa medida “medios”, nunca fines. Una sociedad incluyente, plural, democrática, que busca erradicar la corrupción, renovar los valores perdidos, impulsar un régimen solidario.
Es así como debemos asumir la reflexión crítica quienes decimos pertenecer o simpatizar con éste movimiento.
Nuestro sentir, pensar y actuar será congruente con quienes somos, de dónde venimos, qué hemos hecho para estar y hacia dónde esperamos llegar, condición que permitirá al proyecto consolidarse, en aras de lo que se espera construir, mejorar, cambiar y establecer en la sociedad. Ser sujetos de cambio que fundamentan su actuar en la ética, que inciden en la realidad social, política, económica y cultural de la comunidad para lograr un cambio en el estado de cosas.
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